Frases de Pedro Romeu

Ordenar por:
Frases de Pedro Romeu
Le dije: Tú te lo pierdes sino me quieres...y yo tan digna ¡ni una lagrimilla!
No me gustan las despedidas, por eso no lo haré. Simplemente guarda un poco de tu sonrisa por si alguna vez nos encontramos de nuevo.
Aquellos amigos que ya no pueden estar aquí, esos que nos han dejado, también están a vuestro lado hoy, aún más cerca, aunque no los veáis.
Me gustaría que le dijeras que ya no le quiero, que ya no siento nada, que ya no creo en sus palabras, que ya no pienso en todos los lugares donde estuvimos, pero por favor, no le digas que todo esto te lo dije llorando.
Alargo mi mano a través del orificio del destino para llevar nuestro amor al espacio de lo eterno.
Lo que daría porque las lecciones del amor no fueran tan dolorosas cuando quieren enseñarnos que nada es para siempre y que todo cambia según el fluir de la vida.
La normalidad con la que uno ignora a quien le ama, es la misma que padece cuando ama y no es correspondido, aunque esa simple ignorancia sí duele.
Las relaciones a distancia solamente funcionan para quienes piensan que los aeropuertos son lugares propios para amarse.
A veces me obsesiona la idea de perderte, porque sé que, aun pasando el resto de la vida buscándote, sería yo la que no llegaría nunca a encontrarse.
Me gusta rozar con mis dedos el borde de tus labios, porque haciéndolo, tengo la sensación de estar trazando el contorno del mundo.
Callado y pensativo ante este mar del norte, silencio que ruge en espuma de ola, te observo. Quiero ser mujer-pez que no muera por tu boca.
Todo lo que fui, viví o sentí antes de conocerte, fue, sin duda, un preámbulo absurdo al resto de mi vida.
Mi habitación es la guarida en la que me escondo mientras pasa el tiempo. Cuando hayan pasado cien años necesitaré otros cien para comenzar a caminar.
Que el miedo no te venza, que no te selle las salidas y te deje sin horizontes. Que nuestro amor puede tener espacios más o menos infinitos, solo está esperando a que des una señal que haga que este amor que parece ahora imposible, se convierta en magia real.
Una guerra en más de una ocasión hemos librado. Los relámpagos fueron fuertes pero con nuestra complicidad, nuestro cariño y nuestros intereses, hemos sido capaces de construir un escudo que nos haga estar seguros de que nuestro amor es verdadero.
Las estrellas sueltan chispas y se caen del cielo cada vez que vas a buscarme porque tienes un destello más luminoso que el de la Luna del cielo.
Cuando dos cuerpos que se aman envejecen unidos, tienen el doble de fuerzas para afrontar la vejez con alegría.
Te amo y el eco de tu voz reverbera en mi cabeza con cualquiera de tus palabras, y solo pienso en el momento en que éstas se dirijan solo a mí.
Devoro el tiempo con mis fauces de lobo estepario, engullo sin masticar los segundos que pasan cuando tu no estás.
Hay historias de amor que son y serán siempre más bonitas si nunca llegan a vivir más allá de los folios.
Secciones