Al hacer el amor con la persona a la que quieres logras, en cada coito, un intercambio de conexiones que te unen cada vez un poco más. Llegar al placer extremo es sólo cuestión de tiempo.
La ambigüedad de este mundo nos incita a confundir los términos y de esta forma acabamos llamando amor a lo que sólo es sexo y sexo a lo que realmente es amor.