Si me das elegir prefiero que te vayas sin decirme adiós porque si he de tenerte en frente careceré del valor suficiente para finalmente dejarte marchar.
Hay quien espera toda una vida a otra persona. Pasa cada día, esperando pacientemente, a que la otra persona se dé cuenta de que siente algo de ilusión, algo de amor. Pero ese amor nunca llega.
Qué egoísta es el que desea deshacerse de las constantes peticiones de una cita de una persona cuando la otra parte muere por dentro mientras le dice que no.
Si al menos mi corazón me diese tregua, si por un momento mi mente dejase de pensar en ti, entonces podría hablar con mi alma para decirle que no me quieres.
Los enamorados que no tienen el amor que desean, viven con la esperanza de que algún día eso cambiará, porque si no tuviesen esperanza una parte dentro de ellos terminaría para siempre.
Los que terminan un romance piensan que no existe un dolor como el de un corazón roto. Pero no conocen lo que se siente al tener el pecho oprimido por saber que jamás deseará intentar estar a tu lado.
Creía que esas palabras y esa mirada nos llevarían a estar juntos por fin. Pero no era amor lo que sentías y ahora no se qué hacer con la vida que daría por ti… mi vida.
No te enfades porque pase por tu lado o porque te pregunte cosas banales. Sólo deseo escuchar tu voz y sentir que me miras, aunque no sea con el amor que lo hago yo.
Los amores que no son recíprocos son los más venenosos, porque llevan dentro la semilla de la esperanza, esa que hace que no escuches que ese "no" es definitivo.
Cuando entre dos personas no existe el mismo nivel de interés, uno de ellos empieza entristecer por lo que no desea tener y el otro comienza a sufrir por el amor que no va a poseer.