Frases de Marta Salas

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Frases de Marta Salas
El enamoramiento es un dulce estado de letargo del que solemos despertar, aun sin quererlo, pasados unos meses o unos años.
Para ser feliz con una mujer debes aprender a amar sin utilizar la razón. De lo contrario la lógica, lógicamente, terminará por estropearlo todo.
No sé por qué dicen que se ama con el corazón. Yo sólo he amado con los ojos, con las manos y, en alguna que otra ocasión, con la cartera.
Aunque valoro el silencio y sus efectos positivos para encontrar en él la tranquilidad, sin tu voz toda soledad es imperfecta.
Cuando te beso, en realidad no es mi cuerpo, ni mi boca, ni mi saliva lo que te entrego. Es una parte de lo que yo soy.
Hay lugares dispuestos en el mundo para el amor: los bancos de los parques, los portales vacíos, la frialdad de las escaleras… A veces, sonriendo, me pregunto en qué lugar, en qué banco, portal o escalera me estarás esperando.
Las mujeres son como las plantas de interior: necesitan el agua exacta, la luz precisa y muchas palabras dulces.
Cuando besas mi frente y me guareces en ti bajo un abrazo, siento que no hay otro lugar en el mundo en el que quiera vivir.
Hay estaciones propicias para el amor: nuestros cuerpos cálidos en verano; los abrazos desnudos como árboles de otoño; el escalofrío de invierno en el estómago y el espejismo de perpetuidad que como primavera nos florece.
El tiempo y la vida me enseñaron que, lo único imposible en el amor, es salir airoso.
Decir que un desengaño amoroso nos fractura el corazón en mil pedazos, es una hipérbole. Pero sí es cierto que nos deja alguna que otra astilla.
No sé si detrás de la muerte nos estará esperando otra vida. Solo me importa que, dado el caso, quieras volver a vivirla conmigo.
Para decir adiós a quien se ama, no es suficiente el vaivén de las manos y los besos que inundan como lágrimas las estaciones. Es necesario dejar marchar con ese amor al propio cuerpo.
He sufrido muchas veces el dolor de un adiós. Sin embargo, comprendí que todos eran hasta luegos cuando tú pronunciaste el tuyo.
Cuando uno lee y valora las estadísticas, pronto llega a la conclusión de que el matrimonio no lo inventó el Estado ni la Iglesia, sino los abogados.
La ilusión de un amor de juventud es similar a la de tener un globo de helio. Aunque uno sabe que terminará perdiendo la chispa, el gas y la fuerza, en el fondo alberga la esperanza de la infinita perdurabilidad.
Puede que los hombres sean sencillos, pragmáticos, claros en el amor. Sin embargo, eso no significa que a una mujer le resulte fácil entenderlos.
La tristeza tiene ojos de búho y me desvela cada noche con tu recuerdo desde el mismo momento en que te fuiste.
Tu cuerpo es el parámetro más cierto de mi tiempo, la ilusión que me rejuvenece a la vez que envejezco.
Quisiera escribirte unas letras de amor y despedida. Sin embargo, no encuentro palabras que expresen mejor cómo me siento que este folio en blanco.
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