Frases de amor

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Frases de amor
Un amor de verdad no tiene por qué durar para toda la vida, basta con que, en origen, tenga la fuerte convicción de la permanencia.
Lo que más valoro en mi pareja es la sinceridad porque el tiempo me enseñó que el peor inquilino de una relación es la mentira.
Cuando tocas por primera vez a la persona que quieres, hueles en ella todos los colores y sientes todas las melodías. Es el momento de conexión más perfecto.
Uno se da cuenta de que está frente a la persona con la que quiere compartir el resto de su vida cuando duermen abrazados por primera vez.
Las relaciones pasan por multitud de fases, pero si hay amor verdadero, en todas ellas hay un tercero para absorber los excedentes de cariño: un pez, un perro o un gato.
Las mejores parejas no son las que buscan la perfección, sino aquellas que saben disfrutar y aprender cada día de las pequeñas imperfecciones del amor.
Desde que te vi la primera vez, todos los puntos cardinales del mundo vinieron a converger en tus labios.
Un buen amigo nunca será el mejor de los amantes, porque toda relación inolvidable necesita su dosis de misterio.
Los buenos amantes se parecen mucho a los amigos: se pasan buenos ratos con ellos y no existe la  necesidad de rendirles cuentas.
El primer amor es como un pez de feria: no suele durar más de un par de semanas pero recordamos su nombre durante toda la vida.
Los amores de juventud son como las pompas de jabón, cómo hacer para que duren sin romperse es un misterio.
Dejaron de sentirse niños cuando, mirándose a los ojos comprendieron, que ese amor que les unía no tenía grabada la palabra eternidad en las pupilas.
Los amores de juventud son como las pompas de jabón, cómo hacer para que duren sin romperse es un misterio.
El primer amor se parece bastante al primer hogar de la niñez: no solemos recordar fechas ni nombres pero su olor nos acompañará toda la vida.
Los amores de adolescencia son como los chicles de menta: pierden el sabor y la intensidad rápidamente.
El primer amor es como la varicela: tras las altas fiebres se termina curando pero siempre, bajo las costras, nos queda la marca de algunas cicatrices.
Cuando te cojo la mano, puedo sentir  el calor de tu amor latiendo sereno en cada fibra de mis dedos.
Dicen que el amor disminuye el apetito, pero lo cierto es que cada vez que te miro, solo pienso en morderte y saborearte despacito.
Eres mi penúltimo pensamiento de la noche, el último de mi desvelos y el primer recuerdo de mis mañanas.
Si enamorarse es como sentir una llama que prende, creo que en tus labios alguien posó todas las cerillas del mundo.
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