Cuando tocas por primera vez a la persona que quieres, hueles en ella todos los colores y sientes todas las melodías. Es el momento de conexión más perfecto.
Las relaciones pasan por multitud de fases, pero si hay amor verdadero, en todas ellas hay un tercero para absorber los excedentes de cariño: un pez, un perro o un gato.
Las mejores parejas no son las que buscan la perfección, sino aquellas que saben disfrutar y aprender cada día de las pequeñas imperfecciones del amor.
El primer amor es como la varicela: tras las altas fiebres se termina curando pero siempre, bajo las costras, nos queda la marca de algunas cicatrices.