Frases románticas

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Frases románticas
Si el amor hay que trabajarlo cada día para que no muera, por no perderte me dedicaría a ti a jornada completa.
De todo tu cuerpo solo habría una cosa que cambiaría sin dudarlo: no ser yo quien lo mira.
Solo es un segundo el que me atrevo a pedirte que me desees, después seguiré soñando contigo pensando que alguien tan maravilloso como tú con solo que me dedique un segundo ya me hace feliz.
Hoy te nombro, por decisión y por templanza, el hombre de mi vida para siempre mi esperanza.
La sinceridad del amor no se dice ni se escribe, simplemente se sabe interiormente, se puede sentir desde dentro y jamás puede ser retenida.
La persona correcta es aquella que te hace sentir que de pronto todo encaja.
Decir te quiero mirando a los ojos es como saltar de cabeza al alma del ser amado.
Velerito de mi amor, todo a babor y sin ningún temor.
Tienes ese poder en mí que no me deja opciones, solo me queda darme a ti por completo, sin red ni salvavidas.
Tantas personas en el mundo y aquí estamos los dos, decidiendo complicarnos juntos. Que mejor apuesta y demostración de que nos queremos más que a nada.
Si fuera la última vez que me cogieras de la mano, tocaría cada una de las líneas que la forman para poder conocer cuál va a ser tu destino e intentar por todos los medios cambiar para poder volver a aparecer en él.
Olas de caramelo y gaviotas de terciopelo. Paisaje azucarado cuando tú estás a mi lado.
Si estoy contigo..., el corazón en fuga se tiende junto a ti para olvidarse de mí.
Si alguien me dijera que no nos vamos a volver a ver más no pensaría que sabes lo que te quiero y estaría todo el día haciendo cosas para demostrártelo. Como somos los enamorados que para que arda la llama necesitamos sentir en la boca el posible sabor de la pérdida.
No sólo quiero encontrarme en tu corazón, en tus sueños o en tus recuerdos sino que hoy en día hay algo mucho más importante, que es encontrarme en los planes que trazas para ti cada día.
El enamoramiento es un dulce estado de letargo del que solemos despertar, aun sin quererlo, pasados unos meses o unos años.
Ansío ver sin ser visto por tus ojos-Luna, ojos que me devoran en bocados de plata si me detengo.
Mis brazos sólo quieren sostener el amor de tu corazón. Invisible materia que mi alma reclama.
El corazón de cada uno es un mundo aparte, y pretender definir el amor, esto es, todos los amores, supone, para todo aquel que ha vivido, una pretensión insostenible.
El amor es la poesía del hombre que no hace versos, la idea del hombre que no piensa y la novela del hombre que no escribe.
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