Frases de hombres

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Frases de hombres
Someted vuestros apetitos, amigos míos, y habréis conquistado la naturaleza humana.
Las pasiones en los hombres son como los vientos, los cuales son necesarios para infundir movimiento a los seres, aunque frecuentemente provoquen huracanes.
Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer; y lo único que hace falta para que este amor se disipe es seguir teniéndola demasiado cerca.
Un hombre es como una fracción cuyo numerador corresponde a lo que él es, en tanto que el denominador es lo que cree ser. Cuanto mayor es el denominador, tanto más pequeño es el valor de la fracción.
Siempre me había imaginado un nómada, un viajero sin rumbo en este loco mundo...y apareciste tú y mis mapa de ruta se quedó con una sola chincheta.
Puede que los hombres sean sencillos, pragmáticos, claros en el amor. Sin embargo, eso no significa que a una mujer le resulte fácil entenderlos.
Se suele vincular la fortaleza al hombre y la delicadeza a la mujer. En mi caso, mi mujer aúna estas dos virtudes y yo la contemplo maravillado...la grandeza no entiende de sexos.
Si los hombres supieran comprender cómo funciona el cerebro, la sensualidad y el instinto de una mujer, dejarían de ser hombres.
En mi condición de hombre, en mi condición de animal salvaje y primitivo, un latido, un impulso, hace vibrar mi existencia: tu.
Soy hombre de pocas palabras, lo sabes, soy hombre introspectivo, lo sabes, soy yo a cada minuto, una existencia dependiente de cada uno de tus latidos.
El amor es el estado en el cual, la mayoría de las veces, el hombre ve las cosas como no son.
El amor del hombre es algo aparte en su vida, mientras que el de la mujer es su existencia entera.
Para qué mirar la luna si no la puedo tocar. Para qué mirar tus labios si no los puedo besar.
El amor es el esfuerzo del hombre para conformarse con una sola mujer.
El hombre enamorado sigue a la mujer como el buey al que conducen al sacrificio.
Los hombres no saben tratar a las mujeres. Son unos terríbles egoístas: una vez saben que son amados nos olvidan: no se dan cuenta de que la mujer necesita más caricias del alma que del cuerpo.
Cuanto más se sumerge el hombre en el fango de las pasiones, tanto más rigorista viene a hacerse, por lo común, respecto a las virtudes de la mujer.
Los hombres que fingen estar enamorados consiguen más que los que verdaderamente lo están.
Los hombres más capaces de pensar sobre el amor son los que menos lo han vivido; y los que lo han vivido suelen ser incapaces de meditar sobre eĺ.
Un hombre muy enamorado nos hace soñar; un hombre muy enamorado de su mujer nos hace sonreir.
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