Frases de despedida

Ordenar por:
Frases de despedida
No pocas veces ya he dicho adiós; conozco las horas desgarradoras de la despedida.
Se apoyaron sus brazos sobre la mesa y la rubia cabeza se desplomó pesadamente sobre ellos. Una mirada más de eterna despedida y se cerró la puerta tras de mí. Había empezado a abrirse entre nosotros el inmenso abismo de la separación.
¡Cómo lucha mi amor por asirte! Más si es duro tener que alejarte, ¡mis palabras no deben herirte si mis besos no pueden curarte!
Siempre habíais sido lo más caro a mi corazón, mi posesión y mi obsesión; por eso tuvisteis que morir prematuramente.
Las despedidas siempre duelen, aún cuando haga tiempo que se ansíen.
Lo que más nos aproxima a una persona es esa despedida, cuando acabamos separándonos, porque el sentimiento y el juicio no quieren ya marchar juntos; y aporreamos con violencia el muro que la naturaleza ha alzado entre ella y nosotros.
Se despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida.
¿Quieres que conservemos una dulce memoria de este amor?, pues amémonos hoy mucho y mañana ¡digámonos, adiós!
Cristales de tu ausencia acribillan mi voz, que se esparce en la noche por el glacial desierto de mi alcoba. Yo quisiera ser ángel y soy loba. Yo quisiera ser luminosamente tuya y soy oscuramente mía.
Te digo adiós para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti.
Quizás te diga un día que dejé de quererte, aunque siga queriéndote más allá de la muerte; y acaso no comprendas en esa despedida, que, aunque el amor nos une, nos separa la vida.
Este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá, esta ceniza no juega con fuego, este ciego no mira para atrás.
Hoy estoy buscando la mejor manera de decirte adiós y al mirarte siento que el dolor despierta en mi corazón.
Secciones