Frases de María Díaz

Ordenar por:
Frases de María Díaz
Y me hice mujer-salvaje, decidí ser eterna, profunda y creadora...Mis garras-rama se anclaron a la vida.
En la monotonía de lo monótono del mismo camino. ¡Pum! Desorden y desconcierto...hoy he visto a un hombre-ángel y la geometría de mis pasos ha pasado a ser caótica y bella.
A veces me desprecio, dudar de ti, sentir celos... es la bajeza más grande y hace que mi existencia se torne insignificante.
Amor de amigo, es ese sentimiento puro, inquebrantable e incondicional, que siento cada vez que estoy contigo.
En mi condición de hombre, en mi condición de animal salvaje y primitivo, un latido, un impulso, hace vibrar mi existencia: tu.
Hemos sido tan tontos...tan egoístas...tan infantiles...que nuestro amor ha huido espantado de nosotros.
Te vi irte y la huella de tus pasos permanecía clavada en la arena...guardé cada uno de los granos de esa fina arena, capaz de retener tu esencia.
Nunca dejaré de quererte, me aferro a la idea de lo infinito cuando estoy a tu lado.
Odio decir adiós, odio quedarme en el andén y ver como te vas, odio saber que no hay remedio a esta distancia...solo me consuela el halo que deja la estela de tu mirada...
Amarte a 100 MB de velocidad se torna, a veces, distante e indeterminado.
De repente un sentimiento despreciable inundó cada parte de mi cuerpo...decidí llamarlo celos, así nacieron.
Olvidé decirte que el día que rompimos, fue el día que supe lo mucho que te quería.
Secciones